Los Kirchner temen perder el timón de Argentina

Me voy a ir a un café literario». En 2007, el ex presidente argentino Néstor Kirchner auguraba un futuro que nunca se produjo: su retiro de la política. La economía crecía al 8%, el peronismo estaba en plena forma, la oposición se había fragmentado y la pregunta de rigor era cuál de los dos Kirchner iría a por la reelección en 2011. Menos de dos años después, Kirchner vuelve formalmente al centro de la escena política, un lugar del que nunca se fue. Pero tiene que capitanear un barco totalmente distinto: la economía cojea, la crisis con las patronales rurales ha dado brío a la oposición y el poder del Gobierno ha dado muestras de fisuras. Por eso, la oposición es consciente de que las elecciones legislativas del próximo domingo son su gran oportunidad para dar un golpe de timón.

Los sondeos sugieren que podría conseguirlo. Hace unas semanas, otorgaban una pequeña pero clara ventaja al oficialismo, liderado por Kirchner en la provincia de Buenos Aires. Los últimos, en cambio, reflejan un empate técnico gracias al avance del candidato del peronismo disidente, Francisco de Narváez. Y el nerviosismo asoma cada vez más en los discursos del ex presidente, quien aspira a festejar la victoria electoral «aunque sea por un sólo

Renovar la mitad de la Cámara Baja
En las elecciones legislativas del domingo se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Los dos bandos libran una intensa batalla en Córdoba y Santa Fe, pero la plaza más disputada es la capital argentina. Es por ella que Kirchner ha dejado el poder en las sombras para volver al centro de la arena política, aun sabiendo que se trata de una jugada arriesgada. En 2008, el 68% de los argentinos tenía una imagen positiva del ex presidente. Hoy no llega al 30%.

Kirchner sabe que ese es el capital político que tiene y con él en la mano ha echado un órdago a sus rivales. Con el lema «Nosotros hacemos», pone en juego su liderazgo dentro del peronismo, la gobernabilidad en los últimos dos años de su esposa y las posibilidades de continuar en el poder después de 2011.

La crisis económica y el enfrentamiento con los agricultores han restado votos a KirchnerLas encuestas obsesionan al líder del oficialismo, que obtendría entre el 30 y el 35% de los sufragios. De 12 encuestas, nueve lo dan ganador por un margen exiguo, algunas de apenas décimas. Otras tres dan como vencedor a De Narváez, a la cabeza de Unión PRO, por ventajas que en ningún caso superan los tres puntos. El resto de contrincantes les siguen a gran distancia, ya que el llamamiento al voto útil parece haber calado, polarizando las elecciones. La formación política más perjudicada es Acuerdo Cívico, a la que las encuestas dan un 15% de intención de voto. Sus votantes han sido el objetivo del último spot de Unión PRO, donde les incitaba a no dividir el voto opositor y así «impulsar el cambio».

Una de las principales bazas de Kirchner es Daniel Scioli, el popular gobernador de Buenos Aires. Durante el fin de semana, Scioli acusó a sus rivales de querer retroceder en el tiempo. «No evolucionaron y se quedaron en viejas recetas que provocaron graves consecuencias en nuestro país», dijo el gobernador, despertando el fantasma de la vuelta del corralito.

Scioli criticó al alcalde porteño Mauricio Macri, por pedir la «reprivatización de Aerolíneas Argentinas» y a los que auguran que el Gobierno «meterá la mano en los depósitos bancarios» de Argentina. «Hasta Obama sale a rescatar empresas y pone en marcha un plan de obras públicas», sentenció.

También Kirchner cargó contra ellos. «Hasta ahora teníamos que discutir con un tipo que dice que tiene un plan, pero no decía cuál es. Hoy mostraron lo que piensan. Tenemos que defender el modelo de producción».

Voto de castigo al Gobierno
Entre los motivos de la pérdida de votos a Kirchner está la división del peronismo, que ejerce un control absoluto desde hace décadas en el área metropolitana de la provincia, habitada por nueve millones de personas. Pero, sobre todo, se debe a la gestión de la crisis económica, desaprobada por gran parte de la población.

De Narváez llama al voto útil entre la dividida oposición para «impulsar el cambio»La inflación y el largo conflicto agropecuario por el aumento del impuesto de la soja han provocado una gran fuga de votos del centro a la derecha. El desempleo, la permanencia de una ley tributaria que carga con un 21% de IVA hasta los productos básicos y el apoyo a la estructura sindical de la Confederación General de los Trabajadores, en cambio, han escindido alianzas hacia la izquierda.

Alimentándose de los fallos del Gobierno, De Narváez ha aglutinado al peronismo disidente a golpe de chequera. El magnate de origen colombiano ha confesado que gasta unos 170.000 euros al día en su campaña electoral y golpea al Gobierno con el discurso de la inseguridad ciudadana desde su emisora televisiva, América.

Ex camarada del ex presidente Carlos Menem, a quien le financió la campaña de 2003, y cercano al ex presidente Eduardo Duhalde, El Colorado ha ido ganando el respaldo de muchos caciques locales. La mayoría sigue apoyando a Kirchner públicamente, pero algunos engrosan las listas de concejales de Unión PRO en sus distritos. Un seguro de vida en caso de que el 15% de indecisos dé un vuelco a la elección.